Por Tania QuinteroEn España son los Borbones. En el Reino Unido los Windsor. En Cuba, desde el 1 de enero de 1959 dos hermanos han implantado una dinastía. Fidel Castro Ruz es Leo (13 de agosto de 1926). Raúl Castro Ruz es Géminis (3 de junio de 1931).
Como naúfragos en medio del oceáno, los dos hermanos se han aferrado al salvavidas del poder. Desde principios de los 50, cuando se volcaron de lleno en la política, primero como revoltosos juveniles y después como insurrectos en las montañas, sus ansias de ordeno y mando fueron aumentando con el paso del tiempo.
Si de las familias reales se dice que tienen "sangre azul", por las venas de los Castro corre sangre verde olivo. Desde que en 1957 el periodista Herbert L. Matthews lanzara al mundo a Fidel Castro, los hermanos no han dejado de usar la vestimenta que mejor les asienta: el uniforme militar. En contadas ocasiones, cuando el protocolo lo ha exigido, han dejado en el escaparate el uniforme y se han puesto un traje bien cortado y una corbata a la moda.
Sólo la enfermedad pudo hacerle cambiar a Fidel Castro el sempiterno uniforme de comandante por un mono deportivo rojo, blanco y azul, los colores de la bandera... de la marca Adidas. Aunque siempre dijo que moriría con las botas puestas, todo parece indicar que morirá con unas cómodas y suaves. Mas el cambio de calzado no significa el cambio de dominio. Él es y será lo que ha sido: genio y figura hasta la sepultura.
Como naúfragos en medio del oceáno, los dos hermanos se han aferrado al salvavidas del poder. Desde principios de los 50, cuando se volcaron de lleno en la política, primero como revoltosos juveniles y después como insurrectos en las montañas, sus ansias de ordeno y mando fueron aumentando con el paso del tiempo.
Si de las familias reales se dice que tienen "sangre azul", por las venas de los Castro corre sangre verde olivo. Desde que en 1957 el periodista Herbert L. Matthews lanzara al mundo a Fidel Castro, los hermanos no han dejado de usar la vestimenta que mejor les asienta: el uniforme militar. En contadas ocasiones, cuando el protocolo lo ha exigido, han dejado en el escaparate el uniforme y se han puesto un traje bien cortado y una corbata a la moda.
Sólo la enfermedad pudo hacerle cambiar a Fidel Castro el sempiterno uniforme de comandante por un mono deportivo rojo, blanco y azul, los colores de la bandera... de la marca Adidas. Aunque siempre dijo que moriría con las botas puestas, todo parece indicar que morirá con unas cómodas y suaves. Mas el cambio de calzado no significa el cambio de dominio. Él es y será lo que ha sido: genio y figura hasta la sepultura.
Continúa en Cuba: ¿Paraíso perdido?
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