Por Esteban Fernandez
En la entrevista que me hiciera Liu Santiesteban ella me preguntó quién me gustaría para presidente en una Cuba libre y yo dudé en mi respuesta.
Ella dijo “A mí me gustaría Lincoln Díaz Balart” Y yo le contesté: “Sí, me cae bien Lincoln, pudiera ser un magnífico candidato para presidente”…Unos consideran que Carlos Alberto Montaner es "presidenciable", otros amigos me dicen que si nos llevamos por lo estipulado en la Constitución del 40 debe ser Rodolfo Nodal Tarafa. Y este compatriota siempre ha sido muy afectuoso conmigo.
Luis Conte Agüero también tiene muchos simpatizantes entre ellos yo. Unos creen que debe ser el disidente interno Oscar Elías Biscet, otros que debe ser un Brigadista, algunos sostienen que lo ideal sería algún representante del glorioso presidio político histórico o de mis organizaciones preferidas: Alpha 66 o el Movimiento Nacionalista. Para gustos se han hecho colores.
Sin embargo, para mí el idóneo para dirigir los destinos de Cuba libre temporalmente es otro. Desde hace mucho rato yo considero que el mejor presidente provisional de la Isla sería el reverendo Martín Añorga. Mientras al frente de las Fuerzas Armadas me gustaría Guillermo Novo Sampol y Ministro de Justicia Tito Rodríguez Oltmans.
Añorga para presidente porque es un hombre religioso que no mantiene una postura blandengue ni pacifista. Ya les dije que hizo temblar, llorar y aplaudir delirantemente a los concurrentes a un acto cubano en California cuando dijo enfáticamente que “a Cuba debemos regresar con una Biblia en una mano y con el machete redentor en la otra”.
Viviendo en Miami que es una ciudad saturada por las desavenencias y que está más que demostrado que políticamente cuesta mucho trabajo sobrevivir sin un torrente de críticas, discrepancias y “trapos sucios al aire” él se mantiene incólume. Nunca en mi vida he escuchado a un solo cubano diciendo que Añorga es un bandido. Que yo sepa todo el mundo lo quiere y lo respeta.
Aunque este no sea el motivo que me inspira si me alegra mucho saber que pertenecemos a la misma religión Presbiteriana. Y que dentro de esa religión es altamente escuchado y admirado.
Me agrada extraordinariamente saber que somos compañeros en las páginas del periódico Libre y la revista Ideal. Durante el acto de celebración de mis 45 años de escribir columnas cubanas en los salones de los Municipios Cubanos en el Exilio, a pesar de sus muchas ocupaciones tuvo la gentileza de dirigirle la palabra al público presente en mi favor.
Aunque es un hombre mayor mantiene una mente súper clara y una actitud juvenil ante la vida. Es una persona decente en toda la extensión de la palabra. No tiene una sola mancha en su expediente. Afectuoso, bondadoso, caballeroso, familiar, respetuoso, magnífico periodista y orador, cubano cien por ciento sin dobleces y sin temor a decir lo que siente.
En el pasado cubano hemos perdido grandes oportunidades de tener buenos presidentes -como Agramonte, Hevia, Márquez Sterling- ojalá que en el futuro próximo no desperdiciemos la oportunidad de poner al país en manos del Reverendo Añorga. Recuerdo que en una época me encantaba el compatriota Manolo Reyes para ese cargo pero desgraciadamente falleció.
Y les juro que este no es un “anuncio político pagado”. Al contrario, creyendo conocer un poco al Reverendo Añorga este escrito le producirá rubor, pena y discrepará modestamente con mi opinion.
Muchos para escoger.
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