Según varias fuentes periodísticas en la red: El Nuevo Herlad, El Mundo, etc, hasta marzo de 2011 se han concedido en Cuba, 171 mil licencias para ejercer el trabajo por cuenta propia.
El gobierno comunista de la isla espera poder subsanara la precaria economía cubana con estos pequeños nuevos negocios, que desgraciadamente, están condenados al fracaso.
Sobre todo porque no se ha legislado debidamente antes de hacer semejante cambio en el sistema laboral cubano. No se han organizado previamente una serie de factores imprescindibles para el buen funcionamiento del sector privado. No se han establecido parámetros necesarios que van desde la estética de los nuevos negocios, hasta la necesaria creación y/o autorización del desarrollo de un sector mayorista que abastezca las nacientes empresas.
Lejos de estimular la libre contratación para dar empleo a quienes lo hayan perdido, mas bien se penaliza con impuestos excesivos. No se han establecido cursos que cualificquen a los trabajadores para ejercer las actividades, sobre todo en el sector de los alimentos, en el que la higiene es fundamental para evitar accidentes que puedan dañar la salud de los consumidores. Se limitan el número de sillas de los restaurantes y cafeterías.
Los profesionales, una vez mas, se quedan al margen de las mejoras: Los abogados, arquitectos, periodistas, economistas, médicos, enfermeras, etc, si pierden su trabajo no pueden ejercer su profesión, pues estas no están en la lista de las que han sido autorizadas para su ejercicio en el sector privado.
Seguirán ganado mas los trabajadores de los servivios, los jardineros de las embajadas, los choferes de las firmas privadas o mixtas, las putas y los pingueros, que aquellos que se quemaron las pestañas cinco o seis años en la Universidad.
Aquellos que hoy están condenados a ser ciudadnos de segunda en el planeta Cuba. Donde hacer un acto de repudio es símbolo de actitud revolucionaria, donde pensar diferente es símbolo de traición y expresarlo en público y en grupo, es cárcel segura.
Hoy Camilo diría sin dudarlo: "Vas mal Fidel, muy mal."
Liu Santiesteban
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