Leo en el bodrio del órgano oficial de la mentira dictatorial de hoy, las declaraciones de Miguel D'Escoto, actual presidente de la Asamblea General de la ONU. Las voy acitar para mayor claridad: "Solamente me he limitado a cumplir mi obligación de responder al criterio de la mayoría de los Estados miembros y no de la minoría"; evidentemente, es la mayoría como la mayoría alemana que se cebó en el pueblo judíio, o la mayoría que por siglos hizo escarnio de ese mismo pueblo judío, alentada por creencias equívocas, es la mayoría que afortunadamente no integra el Consejo de Seguridad de la ONU, la mayoría que por fortuna no legisla en democracia. Si algo queda claro en la historia humana, es que la mayoría se puede equivocar, bien lo sabemos los cubanos que sufrimos ese error de 1959 ahora para 50 años.
Con la misma vara que dice tener este señor D'Escoto, le pregunto, ¿dónde está esa mayoría cuando los terroristas se ceban en civiles inocentes de Israel con bombas?, ¿donde está esa mayoría cuando los terroristas de Hamas se niegan a ser consecuentes con lo pactado en conversaciones para cesar la violencia?, ¿donde está esa mayoría cuando no se le quiere hacer justicia a Israel y atender sus justos reclamos?.
Sí, la mayoría se equivoca, pero por suerte, no es esa mayoría atrasada y comprometida con intereses oscuros, faltos de luces quienes proveen justicia o respetan derechos, estos están consagrados por la historia, el mejor juez a la hora de legislar; el juez que intentan echar por la borda de la ONU, para poder depedrar como la han hecho las dictaduras actuales.
Escudados en la "soberanía", parcializados, obnubilados por sus deseos de violentar la justicia y el derecho; intentan ignorar que esa justicia y ese derecho existen para bien de la humanidad, que mucho se ha logrado a través del tiempo para llegar al lugar de hoy.
Porque basta que la justicia y el derecho le asistan a un país, para escucharle y prestar atención, para apoyarle y enmendar la falta, y ese derecho y esa justicia, le asisten a Israel con creces, sobradamente, ese derecho y esa justicia.
No hay que cambiar la ONU, quienes tienen que cambiar son esos paises, esa mayoría, cegada, ignorante y cuidando más de los intereses de muchos individuos, que no naciones, velando más por sus retrógados sistemas, que por la democracia que han conseguido una minoría.
Primero, la justicia y el derecho de Israel, luego señor D'Escoto, dedíquese si lo desea, a loar y comulgar con quienes le han empollado en el absurdo que es y hace.
Hola
ResponderEliminarTiene un buen blog.
Lo siento no escribir más, pero mi español es malo escrito.
Un abrazo de mi país, Portugal