Cuatro puntos

1- La libertad inmediata e incondicional de todos los presos políticos.

2- El cese inmediato de los llamados “actos de repudio” y del empleo de otras acciones violentas contra opositores y disidentes políticos, así como de la utilización que para ello se hace de grupos parapoliciales como son las llamadas Brigadas de Respuesta Rápida.

3- La aplicación inmediata de las “Reglas Mínimas” y los “Principios Básicos” para el tratamiento de los reclusos de Naciones Unidas, de manera que cesen los abusos y las violaciones de los derechos de la población penal y los tratos inhumanos, crueles y degradantes que hoy sufren todos los presos políticos y comunes. Esas medidas deben complementarse con la revisión del código penal, la apertura definitiva del sistema carcelario a las visitas de la Cruz Roja Internacional y la firma del Protocolo facultativo de la “Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes”. El gobierno de Cuba ha suscrito la Convención, pero no el Protocolo el cual contempla inspecciones de Naciones Unidas a las cárceles y centros de detención de los países signatarios y la derogación de la pena de muerte.

4- Abrir un debate amplio e incluyente sobre las medidas eficaces que pudieran adoptarse para detener las diferentes formas de violencia -política, estructural, social y domestica- que afectan la nación, así como para enfrentar y dar solución definitiva a la persistencia y agravamiento de diversas modalidades de intolerancia, racismo y discriminación en la sociedad cubana.

Los cuatro puntos en la Propuesta para Liberar a los Presos Políticos y Erradicar la Violencia entre los Cubanos