Cuba levanta censura radial a los artistas vetados... Oír para creer.
Por Liú Santiesteban
La BBC ha
publicado este 8 de agosto un artículo donde revela la eliminación de la lista
negra de la radio en Cuba. Al parecer Sarah Rainsford ha estado hablando con
algún empleado en una estación del ICRT.
Es evidente que la periodista no ha visto la lista
en el interior de alguna húmeda y angosta fonoteca. Si hubiera podido ver una
sabría que dicha lista no contiene decenas de artistas, sino cientos de ellos.
Mi primer trabajo fue en la Emisora Radio
Enciclopedia. (Que todavía conserva el diseño web que yo le hice, en FrontPage
sin tener internet.) Empecé allí como técnico de sonido haciendo transmisiones
de madrugada. Había abandonado la universidad y aquel modesto puesto sería
determinante en el rumbo que más tarde tomaría mi vida profesional. Dos años
después estaba dirigiendo el programa Al caer la tarde, un espacio en vivo de
dos horas de duración. Tenía 21 años.
Sin embargo mi primer encuentro con la ya famosa
lista negra no fue allí, sino mucho antes, cuando apenas tenía 14 años y
estudiaba la secundaria básica. Mi madre trabajaba en Radio Ciudad de La
Habana, como psicóloga investigadora y yo vagaba por los pasillos de la emisora;
alucinando y aprendiendo de tanta gente talentosa que trabajaba allí. Aunque
también me horrorizaba a veces con la mediocridad de algunas personas que, en
aquella época, estaban en el lugar que se merecían: el anonimato.
Lamentablemente mas tarde, esas personas llegarían a altos cargos de dirección en la emisora. Pero, ¿qué otra
cosa podía esperarse si la dirección de la radio provincial de la capital
estaba en manos de un machetero con sexto grado?
Entre los artistas que conocí sin que apenas
repararan en mi presencia estaban Camilo Egaña, Joel Valdés, Marcos Castillo, Juanito
Camacho, Bergantiño, Xavier Rodríguez, Cary Roque y muchos otros que por cuestión de espacio no
puedo mencionar. También hubo otros genios que pasaron por allí, antes o
después que yo me quedara maravillada con el ambiente creativo que se respiraba
en aquella emisora.
La “libertad” creadora de la que gozaron tantos virtuosos
fue, además de por sus agallas, por la batalla campal que siempre libró su
directora, la licenciada Edelsa Palacio Gordo, con la comisión del partido
comunista que monitoreaba las transmisiones, las 24 horas del día. Sobre todo
la llamaban por el Programa
de Ramón y las ironías que contantemente se escuchaban en él, críticas
veladas, indirectas, a veces no tanto, que tocaban la fibra de a quien iban
dirigidas.
Fue en la fonoteca de Radio Ciudad de la Habana
donde yo me enfrenté por primera vez a la lista negra de artistas censurados.
Estaba allí, colgada en un estante donde reposaban las cintas con sus
grabaciones. Y si mal no recuerdo tenía más de una cuartilla, quizás tres, con
muchos nombres escritos en letra pequeña, mecanografiados en alguna vieja
máquina casi sin tinta, de esas de las que ahora solo se verán en los museos.
Había muchos nombres además de los que se han
mencionado. Oscar de León era uno de ellos, Arturo Sandoval, Julio Iglesias, Tito
Puente y muchos, muchos más estaban prohibidos. Porque ese era el encabezamiento de tan vergonzosa
lista: Artistas prohibidos.
Por supuesto que Celia Cruz, Gloria Estefan y Willy Chirino estaban en
primer lugar; y aunque yo no recuerde todos los nombres, lo que sí recuerdo es
la sensación que tuve cuando la leí: Decepción, incredulidad pero sobre todo me
pareció tan absurdo que prohibieran incluso la música instrumental. Eso
evidenciaba que no solo se censuraban las letras “subversivas” de algunas
canciones, sino también el pensamiento político de los artistas. Aquello me
escandalizó, aun cuando yo era solo una adolescente y no comprendía todavía que
vivía en una dictadura, aún estaba recogiendo pistas.
En su artículo, la BBC dice que son decenas los
artistas que estaban prohibidos. El Mundo por su parte publica que son 50.
Pueden ser dos cosas, o quien les dio la información mintió o es que solo han
sacado 50 nombres de entre los censurados y el resto seguirá en el papel y el
olvido.
Pero si es cierto que las listas han desaparecido de
las fonotecas, entonces yo me atrevería a decir que al menos 200 artistas
podrían volver a ser escuchados en la radio cubana.
Sucederá entonces como tantas otras veces, que
aquellos que han cumplido condenas por ciertas cosas, verán como ahora se “rectifica”y
se hacen legales. Recuerdo particularmente el caso del director Marcos Castillo,
que dirigía el programa Discofiesta 98, de gran audiencia. Él fue expulsado por
el Partido Comunista porque se atrevió a poner en el programa una canción de Celia
Cruz. El locutor del espacio renunció por solidaridad. Nunca más volví a saber
de ellos. Ese fue otro hecho que me causó gran impacto.
Como yo viví en carne propia la
represión de la que eran víctimas los artistas, dudo mucho del afán
conciliador que pueda tener este paso.
No creo que el desgobierno de Raúl Castro haya levantado tales restricciones para tener un gesto recíproco con el intercambio cultural. Mucho menos creo que se esté cediendo ante la presión de nadie en Cuba ni fuera de ella.
No creo que el desgobierno de Raúl Castro haya levantado tales restricciones para tener un gesto recíproco con el intercambio cultural. Mucho menos creo que se esté cediendo ante la presión de nadie en Cuba ni fuera de ella.
Creo que Raúl Castro nos tira cortinas de humo para
que no hablemos de
Oswaldo Payá y su sospechoso “accidente” mortal. Ya caímos en su trampa con
el llamamiento al diálogo. Hemos hecho una demostración de unidad y fuerza con
el llamado al no diálogo y hemos vencido, porque hay más firmas del segundo que
del primero.
Pasemos la página y volvamos a exigir una
investigación internacional y transparente; y no solo en el caso de Payá, sino
también en el de Laura
Pollán y todos los demás muertos en tan extrañas circunstancias.
Apoyemos a Rosa María Payá, la valiente hija de
Oswaldo, que acaba de abrirse una cuenta en Twitter: @rosamariapaya Difundamos
su mensaje.
Hagamos campaña por la presidencia de Capriles (@hcapriles)
porque sacando a Hugo Chávez de Venezuela, habremos dado un paso de gigante
para sacar a Raúl Castro del trono que ha usurpado a la democracia en Cuba.
Y en cuanto a la lista negra, solo voy a dejarle un
recadito aquí a los optimistas: Cuando escuche a Willy Chirino cantando “Ya viene llegando” en Radio Progreso, entonces armamos el aspaviento y gritamos que en Cuba la censura
radial se ha terminado.
(Este artículo puede ser reproducido en cualquier medio, siempre que se mencione la autora y este blog como fuente. Gracias.)
Hola Liu. Esta "supernoticia" no es otra cosa que desviar la atención del asesinato de Payá y Cepero. Recuerda que esta reinvolución se las pinta sola para todo tipo de babas. Las tramoyas ya desgastadas y una obra como "La Ratonera", casi eternamente sobreactuada, desde hace ya varias décadas. Y hablo de décadas,`pués aún no se sabe a ciencia cierta, cuándo caerá el telón de Moringa y Marabú. Saludos. PD: Recuerda que todo cuanto venga de allá lejos, hay que releerlo bien "entre líenas" . Las hienas hienas, llenas de vesania, se ríen de quienes les creen a pies juntillas. Se necesitan buenos antítodos para salvarse de sus mordidas y sus babas. Saludos.
ResponderEliminarlíneas , quise decir. Saludos.
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