Hablan de que Mario Puzo, como consecuencia de las críticas recibidas por la forma benévola y paternalista en el tratamiento de la mafia en la película El Padrino dirigida por Francis Ford Copola basada en el libro de Puzo del mismo nombre, para la segunda parte de la película introduce giros dramáticos en los que se vislumbra el verdadero rostro de la mafia. Escenas como el asesinato de uno de los hermanos por orden del otro, jefe mafioso del clan y otra serie de sucesos en esa tónica con el objetivo, inútil finalmente, de rectificar el error del primer libro y película.
Aparte de apelar a esquemas afines a la mayor cantidad de personas de este mundo, del pensamiento promedio de la multitud, la masa, como es el antiquísimo ojo por ojo y diente por diente, describe un paternalismo ideal, un patriarca que vela por el bienestar de su familia y la protección frente a clanes rivales y la sociedad, con la estelar actuación de Marlon Brando, enmascara al espectador la negrura de actitudes como las que sigue el clan para hacerse con negocios de otros, etc. El espectador promedio se identifica con los personajes mafiosos obviando la historia de muertes y el rastro de sangre que estigmatiza para siempre y por siempre a la “cosa nostra”.
En Cuba en particular, con la familia como célula de la sociedad socavada por el sistema, dividida por la ideología y la aplicación de métodos en los que se trata de inculcar al individuo la precedencia a rajatabla de la ideología ante los lazos familiares o la amistad, provocó la ruptura en el seno de muchas familias, si a eso le sumamos la emigración con poca o ninguna comunicación entre los parientes, se configura un panorama en detrimento de la familia. Por esto, El Padrino, tuvo y tiene un acogida especial entre los cubanos y para muchos es el libro de cabecera, la Biblia, aplicando extensivamente los métodos o filosofía primitiva de este libro; el ojo por ojo y diente por diente, la amenaza velada al estilo de “…le haré una oferta que no puede rechazar…”, el complot diabólico y la defensa más allá de toda razón o justicia del nexo familiar. El intercambio de favores, muy extendido en todas las esferas gubernamentales, pero no privativo de ella, obvia el fin de cualquier buena obra, su consecución sin otro propósito que la satisfacción de obrar bien, sin esperar o pedir retribución a cambio.
Si se hiciesen comparativas entre la actuación de Don Vito Corleone y la del dictador Fidel Castro, se hallarían varias similitudes, tanto en la ejecución de sus propósitos como en el criterio autosuficiente sobre los que le rodean.
Aparte de apelar a esquemas afines a la mayor cantidad de personas de este mundo, del pensamiento promedio de la multitud, la masa, como es el antiquísimo ojo por ojo y diente por diente, describe un paternalismo ideal, un patriarca que vela por el bienestar de su familia y la protección frente a clanes rivales y la sociedad, con la estelar actuación de Marlon Brando, enmascara al espectador la negrura de actitudes como las que sigue el clan para hacerse con negocios de otros, etc. El espectador promedio se identifica con los personajes mafiosos obviando la historia de muertes y el rastro de sangre que estigmatiza para siempre y por siempre a la “cosa nostra”.
En Cuba en particular, con la familia como célula de la sociedad socavada por el sistema, dividida por la ideología y la aplicación de métodos en los que se trata de inculcar al individuo la precedencia a rajatabla de la ideología ante los lazos familiares o la amistad, provocó la ruptura en el seno de muchas familias, si a eso le sumamos la emigración con poca o ninguna comunicación entre los parientes, se configura un panorama en detrimento de la familia. Por esto, El Padrino, tuvo y tiene un acogida especial entre los cubanos y para muchos es el libro de cabecera, la Biblia, aplicando extensivamente los métodos o filosofía primitiva de este libro; el ojo por ojo y diente por diente, la amenaza velada al estilo de “…le haré una oferta que no puede rechazar…”, el complot diabólico y la defensa más allá de toda razón o justicia del nexo familiar. El intercambio de favores, muy extendido en todas las esferas gubernamentales, pero no privativo de ella, obvia el fin de cualquier buena obra, su consecución sin otro propósito que la satisfacción de obrar bien, sin esperar o pedir retribución a cambio.
Si se hiciesen comparativas entre la actuación de Don Vito Corleone y la del dictador Fidel Castro, se hallarían varias similitudes, tanto en la ejecución de sus propósitos como en el criterio autosuficiente sobre los que le rodean.
Para decirlo de alguna manera, se han quedado varados en el Antiguo Testamento, el Nuevo Testamento con un espíritu más humano, no es aplicable y muchas personas, ante el embate natural de su decursar por esta vida, optan por actitudes simplificadas y reglas de aplicación reiterada en las que asumen al prójimo como dado a actuar mal y perseguir fines de su propia conveniencia; cayendo en un círculo vicioso que les impide disfrutar a plenitud de sus vidas.
Karam... me encanta que toques este tema porque soy una de las fanáticas del libro, la película y el autor.
ResponderEliminarDe modo general me parece acertado tu artículo aunque discrepo en algunos detalles.
Primero, me gusta Vito Corleone sin obviar los asesinatos. Siempre desde "fantaseando" claro, pero es muy atractiva la idea de proteger a los tuyos aun cuando tengas que matar para ello. Hay en el fondo de cada uno de nosotros un leve dictador aunque eso debe ser influencia directa de nuestro "querido coma andante". A primera vista la ley de ojo por ojo y diente por diente, parece ser el ideal de justicia aunque ya hemos aprendido o al menos repetido que la violencia engendra ciolencia, que hay que perdonar aunque no pongamos exactamente la otra mejilla.
Por otro lado la comparación de Fidel con Corleone no me parece adecuada. Eso sería ofender a Corleone sin duda que, aunque fuera también un dictador, velaba y lograba el bienestar de su familia, algo que sabemos el tirano no ha hecho con su pueblo, sino más bien todo lo contrario.
Vito Corleone me merece más admiración y respeto, sobre todo porque aunque era mafioso y asesino indirecto, era consecuente con su filosofía, no me lo imagino predicando lo contrario de lo que creía correcto para él y los suyos.
Y el último punto sería que el Libro fue uno solo que hubo que deividir en dos, en la versión cinematográfica y es verdad que MArio Puzzo endiosa a Corleone, pero lo hizo con toda intención, ya que revelaba muchos secretos de los capos, algo tenía que hacer para que no le cobraran semejante actitud. De hecho después que publicara el libro, algunos capos reales se entrevistaro con él para averiguar si su novela era sólo fruto de la investigación o tal vez el resultado del quebrantamiento de la ley Omerta por parte del algún miembro de la cosa nostra. Para fortuna de Mario, era lo primero.
De todas formas muchas gracias por tu escrito, un gran beso, mucha suerte y más magia...
la foto preciosa!
lqqd. Pues así navegamos por esta vida Magia, con sentimientos enfrentados a la realidad. Mal que nos pese, no se justifican los medios por los fines que se persiguen. Eso llevaría a situaciones peligrosas a las sociedades, donde de seguir por ese camino de complicidad y justificación de los medios por el fin, se conculcaría la igualdad ante la justicia de los ciudadanos. Después de analizar los hechos de la mafia, en el caso particular que se describe en el libro, semejante a la realidad, con esa medida, justificariamos a Hitler, el pobre solo perseguía el bienestar de los alemanes. Justificariamos a dictadores y opresores que se han situado por encima de las leyes según su conveniencia. Para juzgar hemos de tratar de ponernos en el pellejo de las dos partes. Si la ley se aplicase según criterios sentimentales o de tipo paternalista, discriminariamos al resto. Porque seas famoso, rico o descubrieras la cura del cáncer, no te da derecho a tomar una vida, a hacer y deshacer a tus anchas. Desde la hora en punto que has pasado el marco de las leyes, has perdido la valía ante los demás, no tu historia, aclaro. Las personas que están a la vista de la mayoría en una sociedad han de ser ejemplos, o al menos respetar con mucho más ahínco las leyes, moverse fuera de este criterio, daría pie con razón a pensar que lo haces porque crees que tu posición te da derecho a ello, eso no es correcto ni justo, estarías usando tu posición para casuar o provocar el mal. Al menos ese es el espiritú de las leyes.
ResponderEliminarClaro Karam, el fin no justifica los medios, al principio dije que siempre "fantaseando" es atractiva la mafia, pero no se justifica su manera de actuar. La libertad de una persona termina cuando interfiere en la de alguna otra.
ResponderEliminarUn beso...