Por Tania Quintero
Las fotos presentadas a continuación no las he seleccionado por su calidad ni belleza, sino porque ellas son testimonios de La Habana en la cual nací y crecí, en la década de 1940-50. Espero que las disfruten con el mismo placer con que yo las he buscado en internet para ofrecérselas a ustedes.
De todas las fotos revisadas sobre el Capitolio Nacional, esta postal de la Casa Morris es la que mejor refleja la visión que en mi retina quedó de la institución más representativa de la República de Cuba. El Capitolio formó parte de mi infancia: mi padre, como guardaespaldas de Blas Roca, pasó muchas horas en sus jardines. esperando a que terminaran las discusiones para aprobar una nueva Constitución, finalmente aprobada en 1940. Nací dos años después, pero mi padre siempre me contaba anécdotas relacionadas con el Capitolio. En este texto el periodista se refiere al "Capitolio de La Habana", definición que no comparto pues desde su inauguración el 20 de mayo de 1929 y hasta 1959 fue una instituación representativa de toda la nación.
Esta foto debe haber sito tirada desde el edificio del Retiro Odontológico, situado en L entre 21 y 23. La encontré en Foros Conexión Cubana y la persona que la envió la ubica en 1959, antes de la construcción del Havana Hilton. Es erróneo el año: el hotel se terminó de construir y fue inaugurado en 1958, hace ahora medio siglo. Calculo que debe ser de principios o mediados de los 50, cuando no habían comenzado las labores de construcción. Para quien no conozco el lugar, lo ubico: es la esquina de L y 23, donde comienza o termina, según se vea, La Rampa. El techo ondulado en primer plano corresponde al entonces Radiocentro, hoy cine Yara. Enfrente se aprecia un parqueo: ya había sido demolido el hospital que allí existente, el Reina Mercedes, y reunificado con el Hospital Calixto García, detrás de la Universidad de La Habana. La manzana de edificios, entonces nuevos, aún existe, al igual que la furnia, en el centro. En varios de esos edificios radicaban consultas particulares de médicos, dentistas, abogados y peritos mercantiles, entre otros profesionales. En el edificio que hace esquina, donde se ve una entrada, ahora radica una tienda donde por divisas se pueden comprar discos, libros, artesanías... Justo enfrente, donde entonces había una explanada con árboles, fue donde levantó la Hilton International Hotels decidió construir su primer -y único- hotel en Cuba y que a partir de 1959 se rebautizaría Habana Libre.
Esto no lo vi, pero sí lo leí. A la inauguración del Havana Hilton, el 19 de marzo de 1958, asistió Conrad N. Hilton y de cuya fundación pueden leer entre los enlaces recomendados en este blog. La dama que lo acompaña es Dorothy Johnson, en 1955 elegida Miss Oregon. La foto la tomé del sitio de Mrs. Johnson. Sobre la historia del Habana Libre, leer aquí.
Aunque residía a dos cuadras de la Esquina de Tejas, en el Cerro, esa zona del Vedado me era muy familiar, porque Cuca, tía paterna, vivía en 21 entre E y F, calles que no se ven en esta foto de BedinCuba. Tampoco se ve el Havana Hilton: no estaba terminado. Sí el cine teatro Radiocentro, a la izquierda. Donde hoy está el Parque del Quijote, en 23 y J, había unas naves o almacenes. El tramo mostrado de la Calle 23 es desde I hasta Malecón. Al fondo se divisa el mar.
De BedinCuba es esta foto, de la intersección de las calles Infanta y San Lázaro. En la esquina a la izquierda, donde se vendían lámparas y refrigeradores, un vendedor de billetes de lotería tiene puesta una tablilla con los números que le quedaban. Enfrente, otra tablilla: entonces todas las semanas se celebraba el sorteo de la lotería. Los cubanos heredaron de los españoles la afición por el juego (más al respecto aquí ). Si nos fijamos bien, en esa esquina hay un puesto de venta de periódicos y revistas. Cuando era adolescente, muchas veces fui a pie desde el Cerro al Vedado, a casa de mi tía Cuca, a dar clases de corte y costura. Y en ese puesto muchas veces compré la revista Vanidades. En ocasiones se había agotado y me llegaba hasta la esquina de 23 y L, frente a las obras en construcción del Havana Hilton, donde siempre había un vendedor de periódicos y revistas nacionales y extranjeros. Por esa zona solía andar El Caballero de París. Al final, hacia la derecha, la Universidad de La Habana.
Para los de mi generación, de La Habana no se podía hablar sin mencionar al Caballero de París. En esta foto de BedinCuba lo vemos, en la calle Neptuno, otra de las arterias céntricas y comerciales de la capital. Más sobre él.
Nunca le tuve miedo y siempre me detenía a verlo, si levantaba su mirada y me saludaba, lo saludaba, si no, seguía mi camino. En 1999 el cantautor Gerardo Alfonso le compuso una canción, El ilustrado Caballero de París, y cuya letra dice que recuerda a los niños riéndose de él. Eso ocurrió después de 1959, porque antes, en mi época, nadie le gritaba loco, ni se burlaba de él ni le tiraba piedras. Lo considerábamos parte de La Habana, y lo resptábamos tanto como la estatua de José Martí en el Parque Central. Vean el video de la canción aquí.
En 2002, el periódico La Voz de Galicia reportaba la realización de una estatua de bronce dedicada al ilustre y perturbado gallego-habanero. Dos años después, por el periodista independiente Oscar Mario González nos enteramos cómo la estatua ha sido recibida por los cubanos. Baste ver esta foto de Labernalesa, Flickr, 2007.
Tenía yo 11 años, cuando en 1953 Enrique Jorrín introduce un nuevo ritmo en el ya vasto y rico panorama musical cubano: el chachachá. La engañadora, el primer chachachá, se convirtió en el hit del año: "A Prado y Neptuno, iba una chiquita, que todos los hombres la tenían que mirar...". Más sobre Jorrín y La engañadora aquí.
Esta foto debe haber sito tirada desde el edificio del Retiro Odontológico, situado en L entre 21 y 23. La encontré en Foros Conexión Cubana y la persona que la envió la ubica en 1959, antes de la construcción del Havana Hilton. Es erróneo el año: el hotel se terminó de construir y fue inaugurado en 1958, hace ahora medio siglo. Calculo que debe ser de principios o mediados de los 50, cuando no habían comenzado las labores de construcción. Para quien no conozco el lugar, lo ubico: es la esquina de L y 23, donde comienza o termina, según se vea, La Rampa. El techo ondulado en primer plano corresponde al entonces Radiocentro, hoy cine Yara. Enfrente se aprecia un parqueo: ya había sido demolido el hospital que allí existente, el Reina Mercedes, y reunificado con el Hospital Calixto García, detrás de la Universidad de La Habana. La manzana de edificios, entonces nuevos, aún existe, al igual que la furnia, en el centro. En varios de esos edificios radicaban consultas particulares de médicos, dentistas, abogados y peritos mercantiles, entre otros profesionales. En el edificio que hace esquina, donde se ve una entrada, ahora radica una tienda donde por divisas se pueden comprar discos, libros, artesanías... Justo enfrente, donde entonces había una explanada con árboles, fue donde levantó la Hilton International Hotels decidió construir su primer -y único- hotel en Cuba y que a partir de 1959 se rebautizaría Habana Libre.
Esto no lo vi, pero sí lo leí. A la inauguración del Havana Hilton, el 19 de marzo de 1958, asistió Conrad N. Hilton y de cuya fundación pueden leer entre los enlaces recomendados en este blog. La dama que lo acompaña es Dorothy Johnson, en 1955 elegida Miss Oregon. La foto la tomé del sitio de Mrs. Johnson. Sobre la historia del Habana Libre, leer aquí.
Aunque residía a dos cuadras de la Esquina de Tejas, en el Cerro, esa zona del Vedado me era muy familiar, porque Cuca, tía paterna, vivía en 21 entre E y F, calles que no se ven en esta foto de BedinCuba. Tampoco se ve el Havana Hilton: no estaba terminado. Sí el cine teatro Radiocentro, a la izquierda. Donde hoy está el Parque del Quijote, en 23 y J, había unas naves o almacenes. El tramo mostrado de la Calle 23 es desde I hasta Malecón. Al fondo se divisa el mar.
De BedinCuba es esta foto, de la intersección de las calles Infanta y San Lázaro. En la esquina a la izquierda, donde se vendían lámparas y refrigeradores, un vendedor de billetes de lotería tiene puesta una tablilla con los números que le quedaban. Enfrente, otra tablilla: entonces todas las semanas se celebraba el sorteo de la lotería. Los cubanos heredaron de los españoles la afición por el juego (más al respecto aquí ). Si nos fijamos bien, en esa esquina hay un puesto de venta de periódicos y revistas. Cuando era adolescente, muchas veces fui a pie desde el Cerro al Vedado, a casa de mi tía Cuca, a dar clases de corte y costura. Y en ese puesto muchas veces compré la revista Vanidades. En ocasiones se había agotado y me llegaba hasta la esquina de 23 y L, frente a las obras en construcción del Havana Hilton, donde siempre había un vendedor de periódicos y revistas nacionales y extranjeros. Por esa zona solía andar El Caballero de París. Al final, hacia la derecha, la Universidad de La Habana.
Para los de mi generación, de La Habana no se podía hablar sin mencionar al Caballero de París. En esta foto de BedinCuba lo vemos, en la calle Neptuno, otra de las arterias céntricas y comerciales de la capital. Más sobre él.
Nunca le tuve miedo y siempre me detenía a verlo, si levantaba su mirada y me saludaba, lo saludaba, si no, seguía mi camino. En 1999 el cantautor Gerardo Alfonso le compuso una canción, El ilustrado Caballero de París, y cuya letra dice que recuerda a los niños riéndose de él. Eso ocurrió después de 1959, porque antes, en mi época, nadie le gritaba loco, ni se burlaba de él ni le tiraba piedras. Lo considerábamos parte de La Habana, y lo resptábamos tanto como la estatua de José Martí en el Parque Central. Vean el video de la canción aquí.
En 2002, el periódico La Voz de Galicia reportaba la realización de una estatua de bronce dedicada al ilustre y perturbado gallego-habanero. Dos años después, por el periodista independiente Oscar Mario González nos enteramos cómo la estatua ha sido recibida por los cubanos. Baste ver esta foto de Labernalesa, Flickr, 2007.
Tenía yo 11 años, cuando en 1953 Enrique Jorrín introduce un nuevo ritmo en el ya vasto y rico panorama musical cubano: el chachachá. La engañadora, el primer chachachá, se convirtió en el hit del año: "A Prado y Neptuno, iba una chiquita, que todos los hombres la tenían que mirar...". Más sobre Jorrín y La engañadora aquí.
En BedinCuba he encontrado esta foto donde podemos ver la intersección de las calles Prado y Neptuno y donde comienza el Paseo del Prado, que termina en la calle Cárcel, muy cerca del Malecón. A la derecha no se distingue bien, el hotel El Telégrafo; enfrente, donde se ven autos parqueados y árboles, el Parque Central. La edificación al fondo, a la derecha, es la Manzana de Gómez, primer gran centro comercial que tuvo la ciudad. Enfrente, el hotel Plaza. No estoy muy segura, pero en la esquina con el anuncio de la droguería Taquechel o en la otra, radicaba el Salón Miami, como anuncia este pasquín encontrado en Secretos de Cuba.
Una de las grandes orquestas de la época, la Aragón, muy pronto incorporó el chachachá a su repertorio.
Más sobre la famosa agrupación cienfueguera.
Más sobre la famosa agrupación cienfueguera.
La Aragón en el chachachá El bodeguero, aquí.
Y hablando de bodegueros, me despido con esta foto de Secretos de Cuba. Muy parecida a ésta era la bodega donde comprábamos cuando yo era niña. Quedaba en la esquina de Monte y Romay, Cerro. Había dos bodegueros, no recuerdo sus nombres. Pero sí que todo se despachaba en cartuchos, de distintos tamaños. Entonces no se conocían las "jabitas de nailon", tan imprescindibles hoy en las bodegas y tiendas cubanas -y del mundo. La bodega nuestra abría de lunes a domingo, desde por la mañana hasta la noche. Casi todos los bodegueros llevaban un lápiz en una oreja, para sacar cuentas y para anotar cuando a alguien le fiaba (las calculadoras tampoco estaban de moda). A la derecha, encima de la cabeza de la mujer, puede verse el molino de café: aunque vendían café Pilón o Tupy en sobrecitos de celofán, también se acostumbraba comprarlo a granel, por onzas o libras. Era cuando el bodeguero, que siempre tenía un gran cartucho de café en grano puesto bocabajo, apretaba el botón y la máquina molía una cantidad acorde a la solicitada por el cliente. Al lado del niño, grandes pomos de cristal con aceitunas, pasas, alcaparras, que se podían comprar por separado o juntas, para echarle al picadillo. En otra parte estaban las chucherías: caramelos, bombones, africanas, naranjitas, boniatillo, coquitos, chiclets (los de bola, para inflar, estaban en un aparato que uno echaba un centavo y además del chiclet le podía salir una figurita). A la izquierda vemos la nevera, donde los bodegueros guardaban queso, jamón, jamonada, mortadella, tocino y otros productos perecederos.
Continuará...
Gracias mil por este paseo por La Habana, yo naci en el 50 y recuerdo muchas de estas cosas, de nuevo gracias
ResponderEliminarQue lindo, yo vivia muy cerca de las tienda de lamparas Quesada y siempre iba a misa a la iglesia del Carmen, gracias por tan lindos recuerdos.
ResponderEliminarGracias por sus comentarios. Estoy preparando otro miniserial, es un trabajo lento, por la búsqueda de fotos.
ResponderEliminarQue lindos recuerdos, yo naci en el 51 y vivía en La Víbora, muy cerca del paradero.
ResponderEliminarEl caballero de París, le llamaba a mi padre El Conde, él iba a veces a la cafetería que tenía mi padre y se ponía a conversar con él.
Saludos!
Yo vi la construccion entera del Habana Hilton porque mi escuela estaba localizada en 25 y M y durante varios grados, vi su construccion desde nuestros balcones de la escuela. Despues de los examenes de Secundaria siempre ibamos al Sugar Bar arriba a tomar alguna que otra Coca-Cola.
ResponderEliminarLa primera foto del Vedado debe ser de 1956-57. El Hospital Reina Mercedes (el edificio "antiguo" que se ve frente a Radio Centro donde luego se construyera Coppelia) fue demolido en 1956 según algunas fuentes, aunque otros dicen 1958. Yo nunca he visto una foto donde el Hilton y el Reina Mercedes coincidan y por eso me inclino por 1956 (el mismo año en que fue demolida la antigua universidad en Obispo) Yo nací casi dos décadas más, así que no puedo decir con certeza de testigo ocular, pero he hecho algún que otro trabajo de investigación personal sobre la historia de La Habana y del Vedado en particular. Saludos.
ResponderEliminar