En Radio Martí escuchaba una opositora entrevistada aclarando la falsa idea, que sabe quien, lo dejo al evidente culpable que les ha acudido a la mente, ha difundido en el exterior, acerca de los “regalos” que se les hacían a los cubanos de efectos electrodomésticos, desmiente la insidiosa propaganda con la realidad, los cubanos tienen que pagar esos efectos; no son para todos, se deben cumplir requisitos, el primero ser o aparentar estar entre los sostenedores del régimen, no verán la entrega de estos artículos a aquellos que han hecho uso del derecho natural de disentir o discrepar del gobierno; el pago asciende a años de trabajo, de privaciones y carencias; otro detalle da idea de la desidia del acto, no lo conoce o no lo recordó en ese momento la disidente, dentro del pago, está incluido el interés del crédito selectivo, cifra nada despreciable y más elevada que el que usualmente cobran los bancos de este mundo. En este acto como en otros, se hace presente el espíritu malsano que rige por 50 años de dictadura, ejemplo principal e importante de ello es como a cambio de una supuesta “salud” gratuita y “estudios” igualmente gratuitos, se priva al ciudadano de ejercer los derechos mundialmente reconocidos e inherentes a la condición de ser humano, en resumen, la esclavitud.
Un escrito leído en El Nuevo Herald, que a primera vista todos suscribiríamos en su intención. Escribe la autora como en un país nórdico, se disfrutaba de mejores condiciones como consecuencia de altos impuestos, lo cual redundaba en la posibilidad de gastar más en el bien público. Tras este evidente exposición de causa y efecto, hay toda una serie de detalles o implicaciones pasadas por alto y evidente para aquellos estudiosos o afectados por situaciones que a primera vista parecieron de igual evidencia y resultaron ser soluciones simplistas y de graves efectos posteriores, al no tenerse en cuenta otras consecuencias resultantes más o menos simultáneamente con el efecto de contar de más fondos para invertir en el gasto público. Sobre esto es interesante y lo incluyo el párrafo que toma Martí de la obra de Herbert Spencer en una crítica: “Teme Spencer, no sin fundamento, que al llegar a ser tan varia, activa y dominante la acción del Estado, habría este de imponer considerables cargas a la parte de la nación trabajadora en provecho de la parte páupera. Y es verdad que sí llegare la benevolencia a tal punto que los páuperos no necesitasen trabajar para vivir-a lo cual jamás podrán llegar, -se iría debilitando la acción individual, y gravando la condición de los tenedores de alguna riqueza, sin bastar por eso a acallar las necesidades y apetitos de los que no la tienen.” Aun cuando aquí a los efectos y causas de lo anterior escrito al principio del párrafo no existe exactitud, sí la analogía, veamos algunos de los posibles efectos o consecuencias derivadas del aumento en los impuestos; al aumentar los impuestos, repercuten en el costo indirecto o precio de la mercancía o servicio prestado, pues quien produce o presta el servicio, lógicamente incluirá este aumento, he ahí la primera consecuencia no tan evidente, otra es, encadenada con la anterior, la pérdida de competitividad de los mencionados productos y servicios. Resumiendo, no siempre lo que parece ser bueno dentro de un contexto, es aplicable por extensión a otro, recordar que los países nórdicos disponen entre otras facilidades de reservas del apreciado petróleo.
Aun cuando los dos casos son distintos, en el primero la dictadura se escuda en mala maña, el segundo es una inocente conclusión, muestran como de “buenas intenciones”, está empedrado el camino del infierno.
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