La misión de todas las especies que caminan, vuelan ó reptan por este planeta es crecer, multiplicarse, mantener viva la especie y siguiendo leyes muy estrictas ajustándose al reloj cósmico, mutar y evolucionar hacia formas superiores de existencia. En el caso nuestro, el humano, este proceso está en plena vigencia y cada generación posee "algo" diferente a la anterior y si miramos una pintura de hace 500 años, vemos que aquel ser humano reflejado en la obra es un poco "distinto" a nosotros hoy. Todo este complicadísimo proceso bio-químico ocurre dentro de la mujer, quién tiene la mayor responsabilidad en cuanto a la procreación de nuestra especie y al cuidado de su cría. Nos diferenciamos del resto del mundo animal por esto que llamamos pensamiento, conciencia, luz, por lo que nuestro mundo moderno, a pesar de las guerras, crímenes y dolores, siente una especial veneración por la madre, por quienes tienen la responsabilidad de llevarnos adelante en la vida con dulzura, paciencia y firmeza. Hoy es el Día de las Madres y casi todos los países, sociedades y religiones rinden tributo a la mujer como cuna de la vida y el progreso social. Como seres pensantes entramos en materias filosóficas a cerca del amor y la entrega, aun pese a todo nuestro intelecto nos sobrecogemos ante el derroche de amor de nuestras madres, de su sacrificio y su valentía ante nuestras problemáticas como hijos.
Es aquí que como cubanos nos orgullecemos y veneramos a esa mujer que por instinto y pasión de fiera que defiende su cachorro lo da todo por el hijo en dificultades, veneramos a la madre del que sufre por su sufrimiento doble, veneramos a la madre del que fué asesinado por la dictadura por su consuelo ante el deber cumplido del hijo, veneramos a la madre del que nunca llegó porque pese a que fuera asesinado por el mar, ella va a el cada día de las madres y le ofrece una rosa, veneramos a esas madres que nunca más veremos por su paciencia infinita y veneramos a esas madres que se fueron sin poderlas ver porque somos nosotros ahora quienes estamos seguros de que nos están observando y cuidando desde el cielo. Y veneramos a Madre Cuba que sufre más que nadie, vejada, secuestrada, violada y torturada por hijos suyos, aberración de la naturaleza y que desgraciadamente forma parte de este mundo en evolución, bestialidades a veces necesarias que nos hacen crecer como hijos de la gran Madre Tierra que nos enseña a través de alegrías y dolores.
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