“¡Reformas de qué!”, exclamó Fidel Castro en uno de sus discursos en los inicios
de la década de 1990. Sin embargo, en 1993, la dictadura aplicó algunas
novedades que, entonces, podrían resultarles esperanzadoras a los que aún, de
buena fe, creían en el proyecto comunista en la Isla. Con la excepción de la
legalización de la tenencia de dólares, estas innovaciones desaparecieron poco
después. Tanto entonces como hoy, las variantes que ha aplicado el régimen —a
las cuales, ya lo sabemos, se ha visto obligado— no han llevado otro propósito
que su supervivencia; de ningún modo han sido el resultado de una encomiable
pretensión de mejorar el nivel de vida de la población, ni de proporcionarle a
ésta libertades básicas.
Félix Luis Viera en Cubaencuentro
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Qué Opinas?