TRIBUNA
CRONICA DE MARTIRES QUE LUCHARON CONTRA EL CASTRO-COMUNISMO V
Por Tito Rodríguez Oltmans
LUIS TORROELLA MARTIN-RIVERO
Nació en La Habana el 26 de agosto de 1932. Su padre, Juan, era contratista de obras y su madre, Graciela, ama de casa. Eran varios hermanos. Luís era el mayor de ellos. Todos pudieron estudiar carreras universitarias. Luís fue a estudiar Economía a la Universidad de New Hampshire donde conoció a una joven norteamericana también estudiante llamada Carole. Al finalizar ambos la Universidad en 1954 se casaron y se fueron a vivir a Cuba. Al año siguiente nació una niña la cual se llama Cindy. Luís un joven Economista muy inteligente comienza a trabajar en La Habana en las oficinas de Merrill Lynch.
el mismo mes de enero de 1959 Luís se dio cuenta, como muchos cubanos, del tipo de Gobierno que Fidel Castro y los comunistas querían implantar en Cuba. Hace contacto con amigos que estaban conscientes del futuro que le deparaba a Cuba, se organizan, y comienzan a conspirar. En breve tiempo, por su inteligencia y capacidad de trabajo asume posiciones claves dentro de los grupos que empiezan la lucha combativa contra el comunismo.
Dada la inestabilidad y peligrosa situación política-ideológica en el País a principios de 1960, decide irse con la familia para EE.UU. para después de coordinar ayuda en Washington y Miami regresar él solo a Cuba, y así lo hizo. Llega el mes de abril de 1961, la invasión de playa Girón fracasa por falta de ayuda de La Casa Blanca, los movimientos de lucha interna se encuentran en una situación sumamente difícil, debido a las redadas masivas indiscriminadas del Régimen, la mayoría de los dirigentes de la lucha han sido arrestados, juzgados y fusilados. Entonces varias Organizaciones de Lucha designan a Luís para que vaya de nuevo a los EE.UU., coordine nuevos planes y ayuda, y regrese.
Al regresar va a Santiago de Cuba a coordinar los nuevos planes con la dirigencia de varios Movimientos. En uno de los contactos hay un traidor que trabajaba para la Seguridad del Estado. Cae preso, en el registro del cuarto donde paraba encuentran papeles muy comprometedores. Su situación se torna sumamente difícil, Raúl Castro en persona junto con dos altos oficiales de la KGB Soviética lo interrogan, al ver que nada pueden obtener de el, Raúl Castro le deja sobre la mesa del salón donde lo interrogaron varias preguntas escritas en varios papeles y algunos lápices, antes de retirarse Raúl Castro le dice que regresará temprano al día siguiente y que si no ha contestado las preguntas será fusilado, diciéndole que el mismo, Raúl, estará presente en el fusilamiento. La condena ya estaba hecha.
A la mañana siguiente cuando llega Raúl los papeles están en blanco, Luís le dice que él no los puede contestar, que si por no contestarlos lo tienen que fusilar, que así sea, que él asume todo la responsabilidad y se atiene a las consecuencias. Raúl ordena que Luís sea de inmediato traslado a la Habana a la fortaleza de La Cabaña donde esperara hasta el día del Juicio, era el mes de noviembre de 1961.
Cuando yo llego a La Cabaña en diciembre me encuentro con Luís que me cuenta la historia. En la revista Bohemia (intervenida) aparece su foto y una historieta contando la gravedad del asunto y su posible fusilamiento. Luís sabe lo que le espera. Durante las visitas de los abogados hace contacto con mi amigo el abogado Orestes Perdomo, que se compromete a defenderlo haciendo todo lo que pueda sin cobrar nada. También conoce al popular actor Aníbal de Mar que acompañaba a su hija a La Cabaña para visitar a su novio que estaba preso allí. Aníbal de Mar solo lo pudo ver una vez, y como sabia que Luís no tenia familia en Cuba él mismo le preparaba una jaba extra cada vez que había visita.
El 28 de octubre es el día cuando Raúl Castro ordena el traslado de Luís para Santiago de Cuba, son las 10 a.m. El oficial de guardia de la prisión ordena a todos los que estábamos presos que inmediatamente entráramos en las galeras, una vez adentro de ellas, los guardias (clases de llaves) las cerraron. Por el amplificador llaman el nombre de Luís Torroella Martin-Rivero, ordenando que recoja sus pertenencias para ser trasladado de inmediato a Santiago de Cuba para juicio. Cuatro guardias abren la galera 16, Luís sale, y rápidamente recorre por el patio 3 galeras para despedirse personalmente de sus amigos mas íntimos, llega a mi galera me da la mano a través de la reja y me dice; si tu quedas con vida, dile a mi esposa e hija que las quiero mucho, que mi ultimo pensamiento antes de morir será para ellas, y dile al mundo que aquí en esta lucha morimos los cubanos anticomunistas tratando de rescatar nuestra Patria y sus valores morales que están siendo pisoteados por estos criminales comunistas, y apretándome la mano y mirándome fijamente a los ojos, hace una breve pausa y dibujando en su rostro una sonrisa me dijo; ADIÓS.
Al día siguiente Perdomo y Anibal de Mar se enteran de la premura del juicio. Van al aeropuerto de Rancho Boyeros toman un avión y llegan a Santiago. El juicio comienza a la 1 p.m. el fiscal pide pena de muerte para Luis y otros 3 más que estaban en la misma causa. La defensa trata de hacer todo lo posible para bajar la sentencia. Nada se puede hacer. La sentencia ya estaba hecha. Al concluir el juicio Luis le pide a Perdomo que esa noche este presente en su ejecución para qué rece por él cuando oiga la descarga de fusilería, pues él como abogado de la defensa puede estar presente y hacerlo. Perdomo traga en seco y le promete estar presente y cumplir su deseo.
En la madrugada del día siguiente todo el aparato ejecutor esta en posición. Llegan Perdomo y Anibal, a Perdomo como abogado lo dejan pasar, Anibal espera en la entrada del Campo de Tiro. Momentos antes de llegar los condenados a muerte llega Raúl Castro con su escolta. Comienzan los fusilamientos, primero traen a tres, uno a uno, todos sin camisas y con las manos atadas con soga, el cuarto y último en aparecer es Luis Torroella, él busca ansioso entre los presentes a Perdomo el cual levanta los brazos para que lo vea bien, Luis mueve la cabeza en señal de que lo vio y se para firme ante el pelotón de ocho soldados que lo van a matar, dirige su mirada hacia Perdomo por ultima vez y le sonríe comunicándole que esta en Paz con Dios. Se oyen las órdenes del Oficial, truenan los rifles, unos segundos después el Oficial jefe del pelotón le da dos tiros de gracia en la cabeza. Raúl Castro llega hasta su cadáver lo mira bien, da media vuelta y se retira.
Amabilidad del autor.
¡Muchísimas gracias Tito!
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