Normando Hernández |
En la visita que no realicé pude tener el honor de estar en “Los desayunos de Bernt”. Bertn Hagtvet, catedrático, profesor de ciencias políticas que ha escrito mucho contra el totalitarismo y muy conocido como un luchador intelectual contra las ideologías extremas. Allí compartí durante dos horas con miembros de la élite intelectual de Noruega. Después nos fuimos a almorzar y deguste el bacalao noruego muy codiciado en mi Cuba.
Junto al profeso Steinar Andreas Saether impartí una conferencia a estudiantes de la universidad de Oslo, que estudian Español y se interesan por la la revolución cubana. No necesitamos intérpretes para hablar del inmortalizado escritor cubano Reynaldo Arenas (1943-1990), autor de la novela “Termina el desfile” y más conocido por su novela auto-biográfica “Cuando llega la noche”. El poeta cubano Nicolás Guillen, también estuvo presente en la conversación sostenida con los estudiantes quienes se interesaron en particular por el poema “Tengo”. Poema con el que Guillen da la bienvenida a la revolución de 1959.
En mi visita no efectuada a uno de los países más alfabetizados del planeta (99% de Alfabetismo) y en el cual toda la enseñanza obligatoria y pública es gratuita, también, tuve el honor de intercambiar criterios con Hὰkon Haugli y Jan Tore Sanner. Ambos del grupo de apoyo al Storting (Parlamento). A Jan Tore Sanner, tuve la satisfacción de encontrármelo por segunda vez, pues lo conocí personalmente cuando vino a conocerme y a entrevistarse conmigo cuando llegué al destierro. Les hable sobre las violaciones del gobierno de Cuba a los fundamentales derechos de las personas y les pedí intercedieran por los dos hermanos de causa que aún continúan en prisión: Félix navarro y José Daniel Ferrer García. Dos prisioneros de conciencia cubanos que están en la cárcel* porque no aceptan el destierro como condición de libertad.
Por otro lado les exhorté apoyaran al más emblemático de los ex presos de conciencia de Cuba: Dr. Oscar Elías Biscet. Les hice saber que el Dr. Biscet está nominado al premio Nobel de la Paz y que muchos, tanto dentro como fuera de las fronteras marítimas de la mayor de Las Antillas, piensan que es la única persona capaz de unir a la organizada, pero fragmentada oposición cubana, con el objetivo de derrocar de forma pacífica al gobierno totalitario de los hermanos Castro. “El Dr. Biscet, ahora necesita más apoyo que cuando estaba preso”, les expresé.
En la tierra del poeta y dramaturgo Henrik Ibsen (1828-1906), considerado el más grande dramaturgo e influyente de su época y autor de “cuando despertemos los muertos” (última de sus obras dramáticas) y del también autor de la novela “El mundo de Sofía”, publicada hasta el momento en 44 idiomas y de la cual se han vendido más de 15 millones de ejemplares en todo el mundo, el filósofo y escritor Jostein Gaarder, no podía faltar un encuentro con los colegas de la Unión de Escritores de Noruega.
Allí me encontré con el amigo y escritor Henrik Hovland, quien fue el que organizó todo el viaje al que no me dejaron ir, para que junto a mi esposa e hija pudiera intercambiar criterios con políticos, catedráticos, intelectuales y escritores del país que se encuentra más al norte de Europa. A Henrik ya lo conocía, pues fue el primero que viajó a España para darme la bienvenida al destierro. Mi esposa e hija lo conocieron cuando junto a la presidenta de la Unión de escritores de Noruega, Anne Oterholm, viajaron a Cuba en el 2009 con el objetivo de visitar mi hogar y hacerme entrega del premio Libertad de Expresión.
Este domingo 20 de marzo, el gobierno de España no me permitió que participara en la asamblea anual de los escritores noruegos ni que les pudiera agradecer personalmente a mis colegas de la península escandinava el haberme honrado con el premio que entregan.
Tampoco el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, quiso que mi hijita de 8 años de edad realizara uno de sus sueños: Hacer un muñeco de nieve. Ni que visitara un museo de animales. Ambas actividades estaban dentro del programa.
La justificación para no dejarme salir de la península ibérica es que soy solicitante de Protección Internacional en España (Asilo político) y que donde único el gobierno puede protegerme es en el territorio de su Estado. Es verdad que esta ley existe, pero también es verdad que existen permisos especiales que permiten a los solicitantes de asilo político visitar el territorio de cualquier Estado, siempre y cuando no sea el país del cual el solicitante se refugia. Si este permiso no existiera no hubiese sido posible que en septiembre del pasado año hubiera podido visitar Bruselas y luego, en noviembre, Polonia.
No es la primera vez que el gobierno socialista español viola mi derecho de poder viajar por Europa. En diciembre no me dejo ir a Alemania. Pero no importa, la vergüenza es para ellos que se solidarizan y sirven de cómplice del gobierno totalitario de los hermanos Castro. No importa porque la verdad siempre vence a la mentira y además, los verdaderos demócratas de Alemania me esperan y los de Noruega, también, me esperan para conocer de primera mano el sufrimiento del pueblo de Cuba.
Normando Hernández, ex prisionero de conciencia cubano.
Normando Hernández narra su calvario en prisión por diariodecuba
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