No le dé pena a los cubanos con los nuevos soplones de la Habana. Chivatos --como los conoce el pueblo-- han existido siempre en todas las sociedades y países. Hasta Jesucristo en su época los sufrió. Incluso también el otro dictador cubano, Fulgencio Batista, los tenía y les pagaba 33 pesos.
No tienen ideologías. Responden al que les pueda dar cauce al desarrollo de ese horrible defecto. Sus traumas y frustraciones son su propio enemigo y su mayor castigo.
No es algo innato solo a las luchas políticas y a los países comunistas, existen como la yerba mala en todas partes del mundo.
Este tipo de mujer u hombre también está cerca de usted en su empresa, condominio, club u organización. Estamos hablando de esa persona a la que todo el mundo le teme o evita pues está atento a cualquier cosa que escuche o vea para ir a contársela a los jefes.
Los chivatos son parte inseparable de la naturaleza humana. Empiezan por ser envidiosos que no supieron controlar su envidia y fueron cayendo al nivel más bajo de la sociedad, que es la delación, el chisme, el oportunismo, las zancadillas, la mala fe y la fabricación de líos innecesarios que todos sufrimos casi a diario. Así que la nueva repetición de héroes que acaba de anunciar La Habana no es más que la penosa utilización de personas con los defectos anteriores, unido a una fuerte presión realizada científicamente sobre ellos por la policía política, explotando otras adiciones y debilidades que tienen. En Estados Unidos es un método que utiliza también la policía para negociar con el acusado: ``Dime lo que sabes y te quito delitos y años a cumplir''. En Cuba: ``Dime lo que sabes, coopera, nos olvidamos de todo lo tuyo, te obsequiamos una gira de héroe de 3 días, te devolvemos tu antiguo trabajo u otro nuevo y orientamos a tus vecinos que te traten como a un gran personaje''.
Oscar Peña en
El Nuevo Herald.
jajajakakajajaj que buena la foto!!!!!!
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