Afirmó Ricardo Alarcón en el acto central por al Aniversario 140 del levantamiento de La Demajagua
Sara Sariol Sosa
MANZANILLO, Granma.— Sí, podemos mirar a los ojos de los hombres del 68 sin sonrojarnos. Podemos inclinarnos respetuosamente ante ellos y decirles que hemos hecho todo lo posible por estar a su altura, afirmó Ricardo Alarcón de Quesada, miembro del Buró Político del Partido y presidente del Parlamento cubano, al resumir la víspera aquí el acto central por el Aniversario 140 del levantamiento de La Demajagua.
El teatro homónimo de la ciudad acogió la velada político-cultural conmemorativa, a la cual asistieron Esteban Lazo Hernández, también integrante del Buró Político y vicepresidente del Consejo de Estado; los miembros del Comité Central Rolando Alfonso Borges, jefe de su Departamento Ideológico, y Lázaro Expósito Canto, máximo dirigente partidista granmense; Julio Martínez, primer secretario de la UJC, y otros cuadros de organizaciones políticas, de masas, las FAR y el MININT.
Alarcón expuso los principios que convirtieron al 10 de octubre de 1868 no solo en un alzamiento para conseguir la soberanía y crear un Estado independiente, sino en el inicio de la Revolución cubana, la única, la misma que reanudó Martí, continuó la generación de Mella y Guiteras, volvió a levantarse en la Sierra y en el llano, hasta triunfar con Fidel casi un siglo después.
Tras la celebración, Lazo, Alarcón y otros dirigentes colocaron una ofrenda floral en el propio escenario donde el 10 de octubre se lanzó nuestro primer grito de libertad. Mientras, Adalberto Hernández, presidente de la FEU, entregó al historiador de ese sitio y a la directora del museo Casa natal de Céspedes, copias del expediente estudiantil universitario del prócer independentista.
Durante la jornada visitaron también varias casas de cultivo tapado en la periferia municipal, donde conocieron sobre el esfuerzo para lograr incrementos en las siembras escalonadas de productos agrícolas y las experiencias adquiridas para preservar al máximo los bienes ante la amenaza de huracanes.
Al intercambiar con pobladores y trabajadores manzanilleros, Lazo reiteró la necesidad de trabajar cada vez con mayor eficiencia y rendimiento.
Santiago rindió homenaje a Céspedes y Martí
Sara Sariol Sosa
MANZANILLO, Granma.— Sí, podemos mirar a los ojos de los hombres del 68 sin sonrojarnos. Podemos inclinarnos respetuosamente ante ellos y decirles que hemos hecho todo lo posible por estar a su altura, afirmó Ricardo Alarcón de Quesada, miembro del Buró Político del Partido y presidente del Parlamento cubano, al resumir la víspera aquí el acto central por el Aniversario 140 del levantamiento de La Demajagua.
El teatro homónimo de la ciudad acogió la velada político-cultural conmemorativa, a la cual asistieron Esteban Lazo Hernández, también integrante del Buró Político y vicepresidente del Consejo de Estado; los miembros del Comité Central Rolando Alfonso Borges, jefe de su Departamento Ideológico, y Lázaro Expósito Canto, máximo dirigente partidista granmense; Julio Martínez, primer secretario de la UJC, y otros cuadros de organizaciones políticas, de masas, las FAR y el MININT.
Alarcón expuso los principios que convirtieron al 10 de octubre de 1868 no solo en un alzamiento para conseguir la soberanía y crear un Estado independiente, sino en el inicio de la Revolución cubana, la única, la misma que reanudó Martí, continuó la generación de Mella y Guiteras, volvió a levantarse en la Sierra y en el llano, hasta triunfar con Fidel casi un siglo después.
Tras la celebración, Lazo, Alarcón y otros dirigentes colocaron una ofrenda floral en el propio escenario donde el 10 de octubre se lanzó nuestro primer grito de libertad. Mientras, Adalberto Hernández, presidente de la FEU, entregó al historiador de ese sitio y a la directora del museo Casa natal de Céspedes, copias del expediente estudiantil universitario del prócer independentista.
Durante la jornada visitaron también varias casas de cultivo tapado en la periferia municipal, donde conocieron sobre el esfuerzo para lograr incrementos en las siembras escalonadas de productos agrícolas y las experiencias adquiridas para preservar al máximo los bienes ante la amenaza de huracanes.
Al intercambiar con pobladores y trabajadores manzanilleros, Lazo reiteró la necesidad de trabajar cada vez con mayor eficiencia y rendimiento.
Santiago rindió homenaje a Céspedes y Martí
(Publicado en Granma)
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